Los bastiones de la inmersión en dos idiomas reconstruyen la educación bilingüe en California
Desde 2016, California ha intentado construir un sistema educativo bilingüe, pero ha tardado en invertir los recursos necesarios.
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California es, en casi todos los aspectos, uno de los estados más diversos y vibrantes de los Estados Unidos. Es el estado más poblado del país; además, no tiene ningún grupo racial o étnico mayoritario.
La combinación de las inversiones públicas en el sistema de la Universidad de California y la actitud hospitalaria del estado hacia la inmigración han creado una economía dinámica y dotada de tecnología que es la más grande de todos los estados norteamericanos. Su diverso sistema de educación pública también refleja ese dinamismo, y atiende a más estudiantes que aprenden inglés (o EL, por sus siglas en inglés) que las escuelas de cualquier otro estado. En 2021, California matriculó a más estudiantes EL en grados de Kínder a 12 que todos los alumnos en el estado de Indiana.
Sin embargo, de 1998 a 2016, en medio de una creciente ansiedad por la inmigración a finales de la década de los 90, las escuelas del estado contradijeron su reputación cosmopolita, promulgando una normativa para que se enseñara exclusivamente en inglés a los estudiantes EL. Como era de esperar, la política hizo poco para cambiar la trayectoria demográfica del estado y menos aún para mejorar el aprendizaje de los alumnos.
Por esa razón, en el año 2016, los votantes de California aprobaron la Proposición 58 en un referéndum que volvía a plantear la posibilidad de la educación bilingüe para los EL de California. Los partidarios promovieron la medida como una oportunidad para que el estado ofreciera un sistema escolar multilingüe acorde con su reputación de sociedad plural y diversa que preparara a los estudiantes para prosperar en la economía global.
Este artículo es el primero en una serie de The 74 sobre los esfuerzos de California por construir un sistema educativo bilingüe digno de su reputación de diversidad cultural.
Ocho años después de la aprobación de la Proposición 58, los avances hacia esa visión han sido desiguales. La eliminación activa de idiomas en las aulas del estado durante casi dos décadas ha dado lugar a innumerables desafíos. Aun así, la adopción del bilingüismo por parte del estado ha acercado la narrativa pública a la opinión general de la investigación sobre los beneficios del aprendizaje de varios idiomas. California lanzó el Sello de Biliteracidad, que ahora se ha extendido a nivel nacional, y que otorga reconocimiento público a los graduados de Kínder hasta el grado 12 que demuestren competencia en más de un idioma. Esfuerzos de este tipo son los que están cambiando el discurso público en California sobre los idiomas y aumentando la demanda de oportunidades de aprendizaje bilingüe.
Reductos bilingües en una era monolingüe
En 1998, cuando California adoptó la Proposición 58 y su política de enseñar únicamente en inglés, algunas encuestas daban a entender que aproximadamente la mitad de los votantes latinos apoyaban el mandato. Las encuestas a pie de urna posteriores sugerían una historia algo más complicada, pero la medida se aprobó igualmente.
El número de estudiantes EL en aulas de educación bilingüe bajó casi un 70 por ciento entre 1998 y 2003. Aunque la nueva política de enseñar sólo en inglés permitía a las comunidades ofrecer educación bilingüe si un número suficiente de padres de estudiantes EL optaban por no participar en una educación exclusivamente en inglés, sólo una pequeña parte de las escuelas pudo alcanzar ese umbral. El español, el coreano, el japonés, el cantonés y otros idiomas que no fueran el inglés desaparecieron de las escuelas.
Pero la decisión del estado no borró el deseo de muchos californianos de que se reconocieran y se trabajaran en la escuela las habilidades bilingües que sus hijos empezaban a demostrar. La persistente demanda de los padres latinos puso en marcha y/o mantuvo programas bilingües y de inmersión en dos idiomas, como el campus en Burlington del Camino Nuevo Charter Academy de Los Ángeles.
La escuela abrió sus puertas en el año 2000; el interés de la comunidad por el bilingüismo empujó a los líderes a dar prioridad al desarrollo de los alumnos tanto en inglés como en español. “Recibíamos niños que venían de programas que estaban por toda la ciudad”, dice la ex directora general de Camino Nuevo, Ana Ponce. “Y los padres querían que sus hijos mantuvieran su lengua materna. No estábamos sujetos a las limitaciones de la Proposición 227 porque éramos una escuela chárter, así que nos embarcamos en la exploración de diferentes modelos de educación bilingüe”.
La escuela optó por un modelo de inmersión en dos idiomas (o DLI, por sus siglas en inglés) que comienza con la mayoría de la enseñanza en español y aumenta paulatinamente la enseñanza en inglés hasta que los dos idiomas están equilibrados en los últimos grados de primaria. Décadas más tarde, el campus del centro de Los Ángeles bulle con conversaciones que cambian del español al inglés. Los alumnos de cuarto grado practican en parejas problemas de división en su clase de matemáticas jugando a Piedra, Papel o Tijeras para decidir quién va primero.
“Ojalá, Dios quiera que no, que no desaparezcan estas escuelas, ¿verdad? Porque les ayuda mucho a nuestros hijos de verdad”, comenta Maribel Martínez, una madre de Camino Nuevo desde hace 13 años. “No hablo mal de las [escuelas] del distrito, sé que también enseñan bien, pero pues el único error es de que pues quitaron el bilingüe… los dos idiomas valen mucho y más”.
Parte de ese valor es de carácter académico. Las investigaciones sugieren que los programas de inmersión en dos idiomas son la mejor manera de apoyar a los jóvenes que no son hablantes nativos de inglés en las escuelas de Estados Unidos. Pero los padres de la escuela Camino dicen que ésta es sólo una de las razones por las que valoran las destrezas emergentes de sus hijos en español e inglés. El primer hijo de Gloribel Reyes empezó en la escuela hace veinte años y el menor está matriculado en cuarto grado. “Es muy importante que los niños pues siempre tengan ese aprendizaje de lo que es el español y el bilingüe”, precisa, “porque si ellos aprenden nada más el inglés, pues se les va olvidando [el español], que es lo que hablamos los papás, porque si unos papás no hablamos[…] inglés, entonces ¿cómo nos podemos comunicar con ellos?”
Martínez está de acuerdo, y señala que el bilingüismo de la escuela facilita a las familias hispanohablantes el contacto con los maestros y el personal. Es decir, el esfuerzo de Burlington por contratar a personal para el programa DLI durante décadas ha dado lugar a una plantilla totalmente bilingüe.
Tras años de servicio como escuela al frente de la educación bilingüe, Camino Nuevo se ha convertido en una cantera bilingüe de la que otras escuelas pueden sacar provecho. Kylie Rector, Directora de Biliteracidad y Estudiantes EL de Camino Nuevo, dice que “el entusiasmo por invertir más en educación bilingüe” ha atraído a la escuela administradores de distintos distritos, desde San Diego hasta el norte de California.
No obstante, aunque se están reanudando programas bilingües y de inmersión en dos idiomas por todo el estado, en ningún lugar están creciendo lo suficientemente rápido como para cumplir con el objetivo del estado para 2030 de construir un sistema de al menos 1.600 programas de DLI para hacer que “la mitad de todos los estudiantes de Kínder a grado 12… participen en programas que lleven a la competencia en dos o más idiomas”. El año pasado, el estado dedicó 10 millones de dólares en nuevas subvenciones para poner en marcha nuevas escuelas de DLI; el estado calcula que con este dinero se crearán 55 programas nuevos.
Esto se debe, en parte, a que la prohibición durante dieciocho años de la mayoría de los programas bilingües en California prácticamente eliminó el mercado laboral para los maestros bilingües. Es por eso que los sistemas escolares de Kínder a grado 12 produjeron más graduados monolingües, cuyo idioma dominante fue el inglés, y por esta razón también los programas de formación de maestros bilingües del estado cerraron en gran medida.
Esto supone para los dirigentes de California el problema de la gallina y el huevo. No pueden aumentar las aulas bilingües en todo el estado sin más profesores bilingües, pero el sistema estatal de enseñanza primaria y secundaria sigue siendo mayoritariamente sólo en inglés y no está produciendo suficientes graduados bilingües para aumentar rápidamente la diversidad lingüística del profesorado del estado. Como resultado, el cuerpo docente de Kínder a grado 12 de California es mucho más blanco y monolingüe en su lengua materna, el inglés, que la población estudiantil primaria y secundaria de California. Sólo el 27 por ciento de los maestros de California habla una lengua distinta del inglés en casa, en comparación con el 40 por ciento de los alumnos de Kínder a grado 12 de California.
El aumento de la demanda de educadores bilingües también ha hecho que el personal de Camino Nuevo sea muy valioso en el sector de la educación pública de California. Algunos antiguos empleados de Camino Nuevo han acabado fundando sus propias escuelas bilingües, como Sue Park, fundadora de Yu Ming Public Charter School. Otros trabajan en escuelas del Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles y otros distritos de California. Y otros trabajan en defensa de la educación en organizaciones sin fines de lucro como Great Public Schools Now, TNTP, Communities in Schools of Los Angeles, NewSchools y la Fundación Cesar Chavez.
La polinización cruzada del bilingüismo en el condado de San Diego
A sólo diez millas en carro del cruce fronterizo de San Ysidro entre Estados Unidos y México, el campus de Chula Vista Learning Community Charter School (CVLCC) es otro hervidero de bilingüismo. La escuela fue fundada por el Distrito Escolar Unificado de Chula Vista en 1998 como una forma de mantener las opciones bilingües una vez que llegó el mandato estatal de enseñar exclusivamente en inglés.
Eddie Caballero se incorporó a CVLCC un año después como profesor de quinto grado. “Fue un comienzo difícil”, asegura, ya que la escuela luchaba por centrar sus enfoques de instrucción académica y lingüística. Pero ya para 2004, la escuela se había unido en torno a una visión: poner énfasis adicional en las habilidades básicas de alfabetización temprana en ambos idiomas simultáneamente.
En 2005, Caballero se trasladó al Distrito Escolar Unificado de San Diego para trabajar en puestos administrativos. En 2008, varias familias de estudiantes EL se estaban organizando para firmar exenciones con el fin de iniciar un programa de educación bilingüe en Sherman Elementary, en la zona este de San Diego. La escuela necesitaba un educador bilingüe con experiencia; Caballero encajaba a la perfección. Estaba ansioso por utilizar lo que había aprendido en CVLCC para replicar la educación bilingüe de alta calidad, pero ahora a nivel de distrito.
Al igual que en CVLCC, “no tuvimos éxito inmediatamente”, dice Caballero. Avisa que cualquier programa de educación bilingüe no tendrá éxito automáticamente por el mero hecho de ser bilingüe. Con demasiada frecuencia, advierte, los responsables de los distritos piensan que pueden “reinventar” sus escuelas lanzando programas de DLI, “pero no, hay que implementarlo con cuidado”. Esto requiere una planeación cuidadosa en torno al plan de estudios, la dotación de personal, los esfuerzos de participación familiar y mucho más. Es por eso que, en 2016, Caballero contrató a Nicole Enriquez, ex maestra de CVLCC, para ser su subdirectora; ella asumió el papel de directora cuando él dejó el Distrito Escolar Unificado de San Diego.
Ahora, en 2024, Caballero está de vuelta como director general de CVLCC, que sigue sirviendo como motor para el ecosistema local de educación bilingüe. Precisa que los maestros bilingües suelen acudir a su escuela desde distritos cercanos con el objetivo de desarrollar su experiencia enseñando en entornos bilingües o de inmersión en dos idiomas. Sin embargo, muchos se van al cabo de cinco años, porque quedarse más tiempo les costaría la antigüedad contractual en los distritos donde empezaron su carrera.
“CVLCC es una escuela bilingüe ejemplar que no sólo tiene un plan de estudios cultural y lingüísticamente sensible, sino que también prepara la conciencia crítica global de los estudiantes a través de enfoques innovadores e impactantes”, precisa Cristina Alfaro. “En sus inicios… la llamábamos la Escuela de los Sueños”.
Reconstrucción
En los 26 años transcurridos desde que los votantes de California inauguraron la era monolingüe en su estado -y ocho años después de que acabaran con ella- está claro que el terreno de la opinión pública ha cambiado. Las encuestas realizadas antes del referéndum de la Proposición 58 de 2016 revelaban que más de dos tercios de los votantes latinos de California apoyaban la restauración de la educación bilingüe.
Mientras tanto, una encuesta de Abriendo Puertas/Open Doors que tuvo lugar en el 2023 encontró que el 65 por ciento de las familias latinas “inscribirían a sus hijos en un programa bilingüe si estuviera disponible”. En otra encuesta realizada en 2023 entre californianos mayoritariamente hispanohablantes, Keep Learning California descubrió que el 59 por ciento de los encuestados consideraba el “acceso a programas bilingües” una prioridad “esencial” o “alta” para sus familias.
Baluartes bilingües como CVLCC y Camino Nuevo son recursos esenciales para ayudar a que esa esperanza sea realista para más de esas familias. “Soy chicana de segunda generación”, dice la directora Enríquez de la escuela Sherman. “Y esta generación de padres dice cosas como: ‘Yo nunca tuve esta oportunidad cuando era niño. Ojalá pudiera hablar más español. Quiero que mis hijos puedan ser bilingües, que tengan la oportunidad que yo nunca tuve’. ¡Y yo también soy así! Yo traje a mis hijos aquí, a través de Sherman, para que pudieran ser bilingües”.
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